Esta semana se debatirá y votará en el pleno del Parlamento Europeo el informe que reclama a los Estados miembros redoblar sus esfuerzos contra el tráfico de especies salvajes, el cuarto más lucrativo del mundo.
El tráfico de especies silvestres amenaza la supervivencia de numerosas especies de fauna y flora tan emblemáticas como los elefantes, los tigres, los reptiles, los tiburones, la madera tropical, los corales… Lo que además deteriora la biodiversidad y amenaza el funcionamiento equilibrado de los ecosistemas.
En los últimos años, este delito ha alcanzado niveles sin precedentes y ha aumentado la demanda por estas especies y productos derivados de las mismas. La delincuencia organizada se muestra cada vez más activa en esta actividad, en la que el riesgo de ser capturado es tan bajo como elevados son los beneficios. Además, se trata de una fuente de financiación de fuerzas paramilitares y organizaciones terroristas.
La comisión del Parlamento Europeo de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria adoptó el 13 de octubre de 2016 un informe de propia iniciativa, redactado por la eurodiputada liberal británica Catherine Bearder, sobre el plan de acción de la UE contra el tráfico de especies silvestres puesto en marcha por la Comisión Europea a principios de este año. La aplicación de este plan de acción a cargo de la Unión Europea y sus Estados está prevista hasta el año 2020.
Tres son las prioridades del plan de acción: prevención, aplicación y cooperación. "El plan de acción debe prevenir el tráfico de especies silvestres y erradicar sus raíces", asegura Bearder. "Debemos garantizar una aplicación eficaz de las normas en vigor", añade la eurodiputada. Reforzar la cooperación global en los países de origen, de tránsito y de consumo es el tercer vértice del triángulo.