Las nuevas normas sobre el etiquetado de la carne fresca, refrigerada o congelada (de ovejas, cabras, cerdos y aves de corral) se aplican a partir del 1 de abril de 2015. Las reglas requieren que la etiqueta indique en qué país el animal fue criado y sacrificado. Si el animal ha nacido, ha sido criado y fue sacrificado en el mismo país, la etiqueta sólo puede indicar el país de origen. Acordadas por los Estados miembros en diciembre de 2013, las nuevas reglas estaban previstas en el Reglamento de 2011 sobre la información al consumidor. Estas normas serán útiles para los consumidores, para saber de donde proviene la carne que compran, pero están también diseñadas para evitar una importante carga adicional y costes para la cadena de suministro.