En el marco del Pacto Verde Europeo, la Comisión Europea aporta nuevas iniciativas para el impulso del sector de la agricultura ecológica.
La Comisión Europea ha lanzado una consulta pública acerca del plan de acción sobre agricultura ecológica que tiene previsto sacar. El sector de la agricultura ecológica contribuirá en gran manera a hacer posible el logro de los objetivos del Pacto Verde Europeo y sus estrategias asociadas de Biodiversidad y De la Granja a la Mesa. Esto contribuirá a que la agricultura cuente con los instrumentos adecuados para el objetivo de destinar un 25% de las tierras de cultivo sean ecológicas.
Además, a petición de los Estados miembros, del Parlamento Europeo, de terceros países y de otras partes interesadas, la Comisión también ha realizado el aplazamiento de la entrada en vigor de la nueva legislación sobre producción ecológica hasta 2022. En cambio, la adopción del nuevo plan está prevista para el comienzo del año 2021.
De igual forma, la Política Agrícola Común (PAC) sigue suponiendo un apoyo para la agricultura ecológica. Janusz Wojciechowski, comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, ha declarado que las estrategias de biodiversidad y De la Granja a la Mesa establecen objetivos ambiciosos para garantizar que el sector agrícola está preparado para realizar su contribución al Pacto Verde y que la agricultura ecológica será un aliado clave en la transición que estamos liderando hacia un sistema alimentario más sostenible y una mejor protección de nuestra biodiversidad. Añade que la Comisión apoyará al sector ecológico en la consecución del objetivo de dedicar un 25 % de las tierras agrícolas a la agricultura ecológica para 2030 con la política y el marco jurídico adecuados.
Aparte del futuro plan de acción sobre agricultura ecológica, la UE también plantea una nueva legislación sobre la materia y, para 2021, a través de la estrategia de promoción agroalimentaria, destinará 40 millones de euros a la agricultura ecológica. El objetivo de la agricultura ecológica es producir alimentos utilizando sustancias y procesos naturales para reducir el impacto medioambiental.
Con estas prácticas se fomenta el uso de recursos renovables, la mejora de los ciclos biológicos dentro del sistema de explotación, el mantenimiento de la biodiversidad, la protección de los equilibrios ecológicos regionales, el mantenimiento y el aumento de la fertilidad del suelo, el uso y cuidado adecuado del agua, así como una mejora del bienestar animal.
Fuente: Newsletter de la Delegación de la Junta de Andalucía en Bruselas