En aplicación de su Agenda Europea de Seguridad, la Comisión Europea presenta hoy nuevas medidas para ayudar a los Estados miembros a prevenir y combatir la radicalización violenta que conduce al terrorismo.
La responsabilidad de la lucha contra la radicalización violenta que conduce al terrorismo incumbe en primer lugar a los Estados miembros y agentes a nivel local, regional y nacional. Sin embargo, la radicalización, al igual que el terrorismo, no conoce fronteras. Esto quedó de manifiesto en los acontecimientos que llevaron a los atentados de París y Bruselas. Por este motivo, la Comisión Europea presenta hoy una serie de iniciativas destinadas a apoyar a los Estados miembros en sus esfuerzos en diversos ámbitos de actuación, desde la promoción de la educación inclusiva y los valores comunes, hasta la lucha contra la propaganda extremista en internet y la radicalización en los centros penitenciarios.
En palabras de Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión: «En los recientes atentados terroristas se ha visto cómo algunos jóvenes europeos han caído en las redes de una ideología de muerte y destrucción, rompiendo con sus propias familias y amigos y volviéndose contra sus propias sociedades. Estos hechos exigen una respuesta determinada de la sociedad en su conjunto, para prevenir la radicalización y reforzar los lazos que nos unen. La Unión debe contribuir siempre que pueda».
Actualmente, la Comisión está perfilando acciones en siete ámbitos específicos en los que la cooperación a nivel de la Unión puede aportar valor añadido:
- Lucha contra la propaganda terrorista y el discurso ilegal del odio en internet: Colaboración con el sector de las tecnologías de la información para impedir la difusión del contenido ilícito que incita a la violencia, apoyar el desarrollo de discursos alternativos positivos por parte de la sociedad civil y desarrollar la alfabetización mediática, de manera que los jóvenes procesen la información con espíritu crítico.
- Lucha contra la radicalización en los centros penitenciarios: Intercambio de experiencias entre Estados miembros para elaborar directrices sobre mecanismos y programas destinados a prevenir y combatir la radicalización en los centros penitenciarios y contribuir a la rehabilitación y la reintegración.
- Fomento de la educación inclusiva y los valores comunes de la Unión: Utilización de fondos procedentes del programa Erasmus+ para financiar proyectos que promuevan la inclusión social, nuestros valores compartidos y el entendimiento intercultural.
- Fomento de una sociedad inclusiva, abierta y resiliente, y conexión con los jóvenes: Por ejemplo, la Comisión elaborará un conjunto de herramientas para ayudar a quienes trabajan de manera más estrecha con los jóvenes a detectar y combatir la radicalización violenta.
- Refuerzo de la cooperación internacional: La Unión ayudará a terceros países que afronten retos similares a abordar la radicalización mediante respuestas que garanticen el cumplimiento de la ley y respeten los derechos humanos.
- Fomento de la investigación, la constitución de pruebas, el seguimiento y el establecimiento de redes: Elaboración de instrumentos concretos y análisis políticos destinados a entender mejor el proceso de radicalización, que sean directamente utilizables por los profesionales de la seguridad y los responsables políticos de los Estados miembros, aprovechando también el marco que ofrece el Centro de Excelencia de la Red para la Sensibilización frente a la Radicalización.
- Focalización en la seguridad: La prevención de la radicalización también requiere un enfoque básico en materia de seguridad, a través de medidas destinadas a combatir las amenazas inmediatas y a largo plazo, como las prohibiciones de viajar o la tipificación como delito de los viajes a terceros países con fines terroristas, como ya ha propuesto la Comisión. Los Estados miembros deben compartir más información, aprovechar al máximo los marcos de cooperación y las herramientas de información en materia de seguridad y reforzar la interconexión de los sistemas de información.
Contexto
Hasta la fecha, se calcula que unos cuatro mil nacionales de la Unión se han unido a organizaciones terroristas en países en conflicto, como Siria o Irak. La mayoría de los sospechosos de terrorismo implicados en las recientes atrocidades terroristas perpetradas en la Unión eran ciudadanos europeos, nacidos y criados en nuestra sociedad. La Unión está reforzando su enfoque en materia de seguridad frente a este problema, mejorando el intercambio de información en las bases de datos de seguridad, fronteras y migración, y consolidando el papel de Europol y su Centro Europeo de Lucha contra el Terrorismo.
La Unión lleva más de diez años apoyando la labor de los Estados miembros en la lucha contra la radicalización. Ha estado trabajando para ayudarles a ofrecer una respuesta contundente al extremismo violento, mediante el refuerzo de la cooperación en ámbitos como la educación y el aumento de la resiliencia de nuestras sociedades.Desde 2005, los esfuerzos contra la radicalización se han guiado por la Estrategia de la UE para luchar contra la radicalización y la captación de terroristas. En la Agenda Europea de Seguridad, adoptada por la Comisión el 28 de abril de 2015, se exponen las principales medidas para garantizar una respuesta eficaz de la Unión al terrorismo y a las amenazas a la seguridad en la Unión Europea durante el período 2015-2020. La Comisión también ha desarrollado la Red para la Sensibilización frente a la Radicalización, poniendo en marcha, el 1 de octubre de 2015, el Centro de Excelencia de dicha Red. En octubre de 2015, la Comisión organizó una reunión de alto nivel con los ministros de Justicia para debatir la respuesta penal a la radicalización, lo que dio lugar a unas Conclusiones del Consejo en las que se pide el intercambio de las mejores prácticas sobre desradicalización en los centros penitenciarios, así como sobre programas, formación y financiación en materia de rehabilitación. A raíz de los atentados de París y Copenhague, el 17 de marzo de 2015 la Comisión y los ministros de Educación firmaron la «Declaración de París» sobre la promoción de la ciudadanía y los valores comunes.
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