La última sesión plenaria del Parlamento Europeo ha debatido sobre la importancia de luchar contra la trata de seres humanos y el papel relevante que puede desempeñar la Unión Europea en su política de acción exterior.
El Parlamento sigue de cerca el asunto de la trata de personas: durante el pasado mes de mayo los diputados evaluaron la implementación de una normativa europea, y la semana pasada adoptaron una resolución sobre las distintas formas de luchar contra esta lacra en las relaciones exteriores de la UE.
Algunas empresas de la Unión se benefician del trabajo forzado cuando operan en terceros países, por lo que Europa debería exigir un mayor control sobre los flujos financieros.
Aunque la mayor parte del mundo tiene una legislación que prohíbe la trata de seres humanos, estas leyes no se implementan de manera correcta o son muy superficiales. La política comercial de la UE es un buen instrumento para presionar a terceros países, tal y como ya se ha hecho con Tailandia, a quien se le ha solicitado que mejore su situación al respecto para poder seguir con las negociaciones.
Según indican las recomendaciones del Parlamento Europeo, un buen punto de partida es mejorar la prevención y la toma de conciencia frente al problema para que las personas no caigan en la trampa. Además, debe favorecerse la protección jurídica de las víctimas para impedir que vuelvan a las condiciones de las que escaparon y para que puedan declarar con total seguridad contra los traficantes. Por el momento, muy pocas víctimas han declarado ante los tribunales por falta de protección.
