El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha publicado una actualización de su evaluación de riesgos acerca de la pandemia de COVID-19, junto con una serie de orientaciones para las intervenciones no farmacéuticas (como la higiene de las manos, el distanciamiento físico, la limpieza y la ventilación).
La actualización de la evaluación de riesgos muestra que, desde agosto, las tasas de notificación han aumentado constantemente en toda la UE y en el Reino Unido, y que las medidas adoptadas no siempre han sido suficientes para reducir o controlar la exposición al riesgo de contagio. Por lo tanto, es fundamental que los Estados miembros adopten todas las medidas necesarias ante la primera señal de nuevos brotes. Esto incluye intensificar las pruebas y el rastreo de contactos, mejorar la vigilancia en la asistencia sanitaria pública, garantizar un mejor acceso a los equipos de protección individual y a los medicamentos y garantizar una capacidad sanitaria suficiente, en consonancia con las acciones presentadas por la Comisión en julio.
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha declarado: «La nueva evaluación de riesgos publicada hoy por el ECDC muestra claramente que no podemos bajar la guardia. Algunos Estados miembros están experimentando un número de casos superior a los valores extremos de marzo, por lo que está muy claro que esta crisis no ha quedado atrás. Estamos en un momento decisivo, y todo el mundo tiene que actuar con decisión y utilizar las herramientas disponibles. Esto significa que todos los Estados miembros deben estar preparados para aplicar medidas de control de inmediato y en el momento oportuno, ante la primera señal de posibles nuevos brotes. Esta podría ser nuestra última oportunidad para evitar que se repita la ocurrido la pasada primavera».
Andrea Ammon, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, ha declarado: «Actualmente estamos asistiendo a un aumento preocupante del número de casos de COVID-19 detectados en Europa. Hasta que se disponga de una vacuna segura y eficaz, la identificación rápida, las pruebas y la cuarentena de los contactos de alto riesgo son algunas de las medidas más eficaces para reducir la transmisión. También es responsabilidad de todos mantener las medidas de protección individual necesarias, como el distanciamiento físico, la higiene de las manos y la permanencia en casa cuando se sienten enfermos. La pandemia dista mucho de haber terminado y no debemos bajar la guardia».
La evaluación de riesgos del ECDC considera que las intervenciones no farmacéuticas, como el distanciamiento físico, la higiene y el uso de mascarillas, han demostrado no ser suficientes para reducir o controlar la exposición. Al mismo tiempo, el impacto del aumento de las tasas varía de un país a otro. Mientras que en algunos países el aumento afecta principalmente a los jóvenes (de 15 a 49 años), lo que se traduce principalmente en casos leves y asintomáticos, en otros países el aumento provoca más muertes entre las personas mayores. La actual situación epidemiológica plantea un riesgo cada vez mayor para los grupos de riesgo y para los profesionales sanitarios, y exige una actuación específica inmediata en el ámbito de la salud pública.
En su evaluación de riesgos, el ECDC señala varias opciones de respuesta, como el refuerzo de las capacidades de atención sanitaria y la orientación de las acciones de salud pública hacia las personas vulnerables desde el punto de vista médico y hacia los profesionales sanitarios. Asimismo, pide intervenciones no farmacéuticas, estrategias para la realización de pruebas, rastreo de contactos, medidas de cuarentena, una comunicación adecuada del riesgo y medidas de protección de la salud mental.
En sus orientaciones sobre las intervenciones no farmacéuticas contra la COVID-19, el ECDC presenta las opciones disponibles para tales intervenciones en diversos escenarios epidemiológicos. Las orientaciones evalúan los datos de la eficacia de estas intervenciones y abordan los factores que pueden afectar a su aplicación, tanto para obstaculizarla como para favorecerla.
Contexto
El ECDC desempeña un papel esencial para evaluar la amenaza desde un punto de vista científico. Elabora evaluaciones rápidas de riesgos y proporciona actualizaciones epidemiológicas frecuentes y apoyo técnico, emitiendo orientaciones sobre cómo responder mejor al brote. Las orientaciones tratan, entre otras cosas, la vigilancia de los brotes, la planificación de la preparación y la respuesta, y el apoyo a los laboratorios.
El 15 de julio, la Comisión adoptó su Comunicación sobre la preparación sanitaria a corto plazo de la Unión frente a los brotes de COVID-19. La Comunicación subraya que la UE debe estar preparada para posibles rebrotes de casos de COVID-19. Para combatir de manera eficaz los nuevos brotes, serán necesarias acciones a corto y largo plazo estrechamente coordinadas, destinadas a reforzar la preparación y la respuesta en todos los Estados miembros.