Los productos biocidas, tales como desinfectantes, conservantes de la madera, insecticidas, repelentes de insectos o rodenticidas, son una familia de productos destinados a destruir o controlar organismos nocivos o no deseados (tales como virus, bacterias, hongos, insectos o animales vertebrados) que tienen efectos perjudiciales sobre el medio ambiente, en los animales, en los seres humanos, en sus actividades o en los productos que utiliza o produce.
Los biocidas se utilizan en una amplia variedad de formas por parte de los usuarios industriales y profesionales, así como por el público en general. En 2012 se adoptó elReglamento sobre productos biocidas en el que se estipula que la Comisión Europea debe, en base a la experiencia adquirida con la aplicación de la mencionada regulación, presentar al Consejo y al Parlamento Europeo un informe sobre cómo la normativa contribuye a uso sostenible de los productos biocidas.
El informe publicado recientemente llega a la conclusión de que los procesos establecidos en el Reglamento, tales como la aprobación de sustancias activas, la autorización del producto, o la evaluación comparativa de los biocidas para la desaparición paulatina de sustancias peligrosas allí donde existan alternativas menos peligrosas, son todas contribuciones importantes para el objetivo de fortalecer el uso sostenible de este tipo de productos.
El informe también resalta que las mejores prácticas en el uso de productos biocidas también pueden lograrse mediante el desarrollo de guías y estándares apropiados.