Estos informes sirven de base para la elaboración de la política económica de la propia Comisión, del Consejo y del Parlamento Europeo.
Los Documentos Institucionales de la Economía Europea elaborados por la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea son importantes informes que aportan datos sobre la situación económica y la evolución de la economía. Este decimocuarto informe de supervisión ofrece una evaluación de la situación económica y financiera de España tras su salida del programa de asistencia financiera en enero de 2014, y se centra principalmente en la evolución macroeconómica y del sector financiero en los últimos meses.
El informe prevé que España experimente una fuerte desaceleración económica en 2020, seguida de un repunte en 2021. El brote de la pandemia COVID-19 en marzo de 2020 tuvo un impacto negativo en la actividad económica después de la trayectoria de moderado crecimiento experimentada en los trimestres anteriores. El crecimiento del PIB se situó en el 2,0% en 2019, bien por encima de la media de la zona del euro (1,2%). La interrupción de la actividad económica causada por la pandemia, junto con las medidas de contención necesarias puestas en marcha a partir de marzo, dio lugar a una la contracción de la actividad económica en la primera mitad de 2020.
La Comisión indica también en su informe que, si bien las políticas gubernamentales han mitigado el impacto de la pandemia, el costo fiscal ha sido considerable. Se explica que la grave recesión económica y las medidas adoptadas por el Gobierno para reducir al mínimo las consecuencias económicas y sociales de la crisis, de conformidad con las directrices de la Unión Europea, empeorarán el equilibrio fiscal y darán lugar a un aumento significativo de la relación entre la deuda y el PIB en 2020. También se reconoce que, aunque la estabilidad se ha mantenido gracias a las medidas de apoyo introducidas por las autoridades y a la capacidad de recuperación creada en la última década, el impacto total en el sector financiero español sigue siendo incierto.
A pesar de lo anterior, la Comisión destaca en el informe que el sector bancario entró en la crisis con unos balances mucho más sólidos que en 2008, con una fuerte liquidez y una adecuada capitalización. La resiliencia de la economía y el sector financiero de España al entrar en la crisis de COVID-19 y el apoyo prestado por el Eurosistema, así como el perfil de deuda mejorado de España, reducen las vulnerabilidades que se derivan del aumento de la deuda pública bruta. Prevé, además, que la aplicación de un importante conjunto de reformas e inversiones financiadas por elMecanismo de Recuperación y Resiliencia aumentará aún más el potencial de crecimiento y la resiliencia de la economía sin perder de vista su transformación verde y digital. Las recientes subastas de deuda han demostrado que los inversores siguen confiando en la economía y la deuda soberana de España a pesar del brote de COVID-19.
El informe se refiere también a las recomendaciones específicas para cada país adoptadas por el Consejo de la Unión Europea. Estas exhortan a España a que fortalezca la capacidad de recuperación del sistema de salud, así como a que aplique políticas fiscales destinadas a lograr posiciones prudentes a medio plazo y a garantizar la sostenibilidad de la deuda. Estas recomendaciones también proponen a España que refuerce la protección contra el desempleo, el apoyo a la familia y la cobertura y adecuación de los planes de ingresos mínimos, así como el acceso al aprendizaje digital.
Fuente: Newsletter de la Delegación de la Junta de Andalucía en Bruselas