La Comisión ha publicado su primera evaluación preliminar de las repercusiones que ha tenido el instrumento SURE, con un presupuesto de 100 000 millones EUR y destinado a proteger los puestos de trabajo y los ingresos de quienes han sufrido las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19.
El informe concluye que SURE (del inglés Support to mitigate Unemployment Risks in an Emergency, apoyo temporal para atenuar los riesgos de desempleo en una emergencia) ha logrado amortiguar las graves consecuencias socioeconómicas de la crisis derivada de la COVID-19. Ha contribuido a frenar el aumento del paro en los Estados miembros beneficiarios durante la crisis, logrando que el alza sea bastante inferior a la de la última crisis financiera mundial. Y ello a pesar de que la contracción del Producto Interior Bruto de los Estados miembros ha sido mayor.
El instrumento SURE es un elemento crucial de la estrategia integral de la Comisión en beneficio de la ciudadanía, destinada a paliar las consecuencias socioeconómicas tan negativas de la pandemia de COVID-19. Proporciona ayuda financiera en forma de préstamos en condiciones favorables que la UE concede a los Estados miembros para financiar planes nacionales de reducción del tiempo de trabajo, así como otras medidas similares para preservar el empleo y los ingresos, en particular de los autónomos. También contempla medidas relacionadas con la salud. La Comisión ha propuesto una ayuda financiera total de 90 600 millones EUR para diecinueve Estados miembros. Todavía quedan por asignar más de 9 000 millones EUR en ayudas de SURE, por lo que las administraciones nacionales están aún a tiempo de presentar las correspondientes solicitudes. La Comisión está dispuesta a evaluarlas, para que se pueda dar respuesta al repunte de las infecciones de COVID-19 y a las nuevas restricciones.
Constataciones principales
El informe de la Comisión ha llegado a la conclusión de que, en 2020, entre 25 y 30 millones de personas gozaron de las ayudas del instrumento. Estaríamos hablando de una cuarta parte de la mano de obra total de los dieciocho países beneficiarios.
También señala que entre 1,5 y 2,5 millones de empresas afectadas por la pandemia de COVID-19 han gozado del apoyo de SURE, lo que les ha permitido retener a su plantilla.
Gracias a la alta calificación crediticia de la UE, al recurrir a SURE los Estados miembros se han ahorrado los 5 800 millones EUR en intereses que les hubiera costado emitir deuda soberana por su cuenta, y es probable que en el futuro los desembolsos generen más ahorros.
Los beneficiarios reconocen lo importante que ha sido SURE para poner en marcha planes nacionales de reducción del tiempo de trabajo, así como en el aumento de su cobertura y volumen.
El informe de hoy también abarca las operaciones de empréstito y préstamo destinadas a financiar SURE. El interés de los Estados miembros por el instrumento ha sido extraordinario, pues ya se ha asignado más del 90 % de la dotación total de 100 000 millones EUR disponible gracias a SURE. Los inversores también se han mostrado francamente interesados en las obligaciones SURE. Antes de salir a imprenta el informe, la Comisión había recaudado 53 500 millones EUR en las cuatro primeras emisiones, para las que la demanda superó más de diez veces la oferta. Todas las obligaciones emitidas a través de SURE tienen la categoría de bono social, lo que da a los inversores la confianza de que su dinero se destina a medidas con una verdadera finalidad social que ayudan a mantener la renta de las familias en tiempos de crisis. La capacidad de la UE para recaudar fondos para SURE iba respaldada por una garantía de 25 000 millones EUR aportada por todos los Estados miembros, toda una muestra del carácter solidario de esta iniciativa europea.
Declaraciones de los miembros del Colegio de Comisarios
Según Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo responsable de Una Economía al Servicio de las Personas: «La iniciativa SURE ha mostrado su valía al mantener a flote trabajos y empresas durante la crisis. Constituye una de las tres redes de seguridad diseñadas para hacer frente a las consecuencias a corto plazo de la crisis. SURE ha dado apoyo a millones de personas y empresas a lo largo y ancho de la UE, protegiéndolas de caer en el paro o de perder su sustento. Conforme se acerca la recuperación, seguiremos aplicando medidas para que esta genere empleo y que sirvan de apoyo activo tanto a quien trabaja como a los mercados de trabajo».
Johannes Hahn, comisario de Presupuesto y Administración, ha indicado: «La Comisión ha emitido por primera vez bonos sociales en los mercados. La idea era recaudar fondos para salvar puestos de trabajo durante la crisis. Como demuestra el informe sobre SURE, el efecto positivo para las empresas y sus plantillas es tan concreto como tangible».
Por su parte, Nicolas Schmit, comisario de Empleo y Derechos Sociales, ha declarado: «El informe de hoy confirma que, durante esta pandemia, SURE ha logrado proteger empleos e ingresos de lo que podría haber sido una conmoción aún mayor. En un breve plazo de tiempo, SURE se ha adoptado y puesto en marcha para que los Estados miembros puedan reaccionar rápidamente frente a la crisis, y todo ello en beneficio de millones de trabajadores, empresas y autónomos. Los diferentes modelos de reducción del tiempo de trabajo aplicados por los Estados miembros merced al apoyo financiero de SURE también han servido para que el saber hacer de las empresas no se eche a perder, algo que será imprescindible para que la recuperación sea sólida».
Para Paolo Gentiloni, comisario de Economía: «El programa SURE ha desempeñado un papel crucial a la hora de proteger a asalariados y a autónomos por igual de los peores efectos de la conmoción económica que ha causado la pandemia. El informe que hoy publicamos señala que hasta 30 millones de personas y hasta 2,5 millones de empresas de dieciocho países de la UE se han beneficiado de este innovador programa europeo. Además, gracias a estos préstamos de la UE, los Estados miembros se han ahorrado los 5 800 millones EUR que les hubiera costado solicitarlos en los mercados. A la espera del despliegue del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, SURE es un ejemplo alentador de lo que la solidaridad europea puede aportar a nuestros ciudadanos».
Antecedentes
Uno de los primeros pasos que la Comisión dio frente a la pandemia fue precisamente la propuesta de Reglamento SURE, de fecha 2 de abril de 2020. El Consejo lo adoptó el 19 de mayo de 2020, queriendo lanzar un mensaje alto y claro de solidaridad europea. Sus fondos se pusieron a disposición de los Estados miembros una vez estos subscribieron los acuerdos de garantía el 22 de septiembre de 2020. El primer desembolso tuvo lugar cinco semanas después del lanzamiento de SURE.
El documento publicado hoy es el primer informe semestral sobre SURE, y va dirigido al Consejo, al Parlamento Europeo, al Comité Económico y Financiero (CEF) y al Comité de Empleo. De conformidad con el artículo 14 del Reglamento SURE, la Comisión estaba obligada por ley a emitir dicho informe en un plazo de seis meses a partir de la fecha de puesta a disposición del instrumento. Mientras SURE siga disponible, se presentarán nuevos informes con una periodicidad semestral.
A la lista de dieciocho Estados miembros que recoge el informe hay que sumar Estonia, país al que la Comisión ha propuesto destinar ayudas por un importe de 230 millones EUR. Desde la fecha de cierre del informe, la Comisión ha captado 9 000 millones EUR adicionales en bonos SURE. Aquí encontrará una completa panorámica de los fondos obtenidos por emisión, con un desglose por Estado miembro beneficiario.
El 4 de marzo, la Comisión presentó una Recomendación sobre un apoyo activo eficaz para el empleo tras la crisis de la COVID-19 (EASE). Esboza un enfoque estratégico para la transición gradual entre las medidas de emergencia adoptadas para preservar los puestos de trabajo en tiempos de pandemia, y las que serán necesarias para que la recuperación traiga consigo puestos de trabajo. Con EASE, la Comisión promueve la creación de empleo y la transición de un trabajo a otro, por ejemplo, a los sectores digital y ecológico. Los tres tipos de política que recomienda adoptar consisten en incentivos a la contratación y apoyo a la actividad empresarial; oportunidades de perfeccionamiento de las capacidades y reciclaje profesional; y un mayor apoyo por parte de los servicios de empleo.
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