Los miembros del Eurogrupo ofrecieron sus condolencias a sus colegas austríacos y franceses por los recientes ataques y debatieron sobre las perspectivas económicas en vista de los actuales acontecimientos de COVID-19.
Durante la reunión, que tuvo lugar por videoconferencia el día 3 de noviembre, la directora del Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC), Andrea Ammon, informó al Eurogrupo sobre el análisis de la pandemia realizado por su centro. También participó en el debate la Presidenta de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Irene Tinagli.
A la vista del balance de las medidas adoptadas hasta la fecha, el Eurogrupo coincide en que Europa ha reaccionado enérgicamente a la pandemia: las respuestas coordinadas han amortiguado el impacto económico de las medidas de contención en los ciudadanos y las empresas. Europa está ahora mejor equipada para capear las consecuencias económicas de la segunda ola del COVID-19. Ya en abril, el Eurogrupo llegó a un acuerdo junto con los miembros no pertenecientes a la zona del euro sobre las tres redes de seguridad que debían aplicar la Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y el Mecanismo Europeo de Estabilidad por un importe total de 540.000 millones de euros. Estas ya están en funcionamiento, reforzando las respuestas de los Estados miembros a la crisis.
Las redes seguridad a nivel europeo complementan los niveles sin precedentes de apoyo fiscal establecidos por los gobiernos nacionales. Las medidas fiscales aplicadas a nivel nacional en 2020 ascienden al 4% del PIB. El Eurogrupo considera vital que el apoyo fiscal en cada Estado miembro continúe hasta 2021, dado el mayor riesgo de una recuperación retrasada, y que este se ajuste a la situación a medida que evolucione.
Paschal Donohoe, Presidente del Eurogrupo, declaró estar complacido por haber podido celebrar el primer debate estratégico sobre las consecuencias económicas, sociales y políticas que podría conllevar una innovación tal como el Euro digital, propuesta por el Banco Central Europeo. Un euro digital podría aportar beneficios a los ciudadanos europeos, a las empresas y a la economía europea en su conjunto. Pero, al mismo tiempo, su diseño e implementación plantean desafíos y merecen la más cuidadosa consideración. Esta innovación toca temas cruciales, empezando por la estabilidad monetaria y la estabilidad financiera. Además, es necesario examinar cuidadosamente las implicaciones para la inclusión financiera, la protección de datos, la aplicación de medidas contra el blanqueo de dinero y la evasión fiscal, entre otras cuestiones.
Por su parte, el Comisario de Economía, Paolo Gentiloni, hizo hincapié en la necesidad de un acuerdo rápido entre Consejo y Parlamento sobre el instrumento Next Generation EU. En cuanto al debate sobre un euro digital, declaró que la Comisión comparte los numerosos aspectos del análisis que figuran en el informe del Banco Central Europeo. Las principales razones que podrían hacer necesario un euro digital en un futuro próximo son: la digitalización de la economía europea, el declive del papel del dinero en efectivo como medio de pago y la protección de nuestra soberanía monetaria contra cualquier posible dominio futuro de formas de dinero digital no denominadas en euros. Por supuesto, añade, es necesario seguir trabajando en este tema y la Comisión está dispuesta a cooperar estrechamente con el BCE en los próximos meses para explorar las oportunidades y desafíos que implica.
Fuente: Newsletter de la Junta de Andalucía en Brusela
