La Comisión Europea ha seleccionado veinticuatro proyectos que constituirán nuevos programas, o ampliarán los existentes, para la extracción de plasma de donantes que se hayan restablecido de la COVID-19. El plasma donado se utilizará para el tratamiento de pacientes que hayan contraído la enfermedad. Estas subvenciones son el resultado de una invitación enviada el pasado mes de julio a todos los servicios de transfusión sanguínea públicos y sin ánimo de lucro, de toda la UE y del Reino Unido, a solicitar financiación para la compra de equipos destinados a la extracción de plasma. Esta acción se financia a través del Instrumento de Asistencia Urgente, por un total de 36 millones de euros. Los proyectos, que tendrán lugar en catorce Estados miembros* y en el Reino Unido, son nacionales o regionales y, en la mayoría de los casos, supondrán la distribución de fondos a un gran número de centros locales de extracción de sangre o de plasma (más de 150 en total).
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha declarado lo siguiente: «Por lo que se refiere a la investigación sobre terapias para la COVID-19, deben explorarse todas las opciones para garantizar que se pueda disponer lo antes posible de tratamientos seguros y eficaces. Gracias a los numerosos solicitantes que han respondido a la convocatoria de la Comisión, ya puede incrementarse la extracción de plasma a través de los proyectos seleccionados, lo que ayudará a utilizar plasma de convaleciente como un posible tratamiento con buenas perspectivas. Estamos haciendo todo lo posible para ofrecer a los ciudadanos terapias seguras y eficaces contra la COVID-19».
Las subvenciones contribuirán a la adquisición de varias máquinas de plasmaféresis y sus equipos asociados, entre ellos material de extracción, equipos de almacenamiento, ensayos de laboratorio y caracterización del plasma, así como a cambios organizativos dentro de los centros de transfusión sanguínea. Se han recibido solicitudes de catorce Estados miembros y del Reino Unido, y se han aceptado proyectos de financiación en todos esos países.
El tratamiento implica la transfusión de plasma de convaleciente a pacientes enfermos a fin de reforzar su inmunidad y su capacidad para luchar contra el virus. Dicho tratamiento también puede facilitarse a la industria con el objetivo de depurar anticuerpos para producir un medicamento contra la COVID-19 (inmunoglobulina).
La eficacia de estos tratamientos se está investigando a nivel mundial, incluso en el marco de proyectos de investigación de la UE financiados por Horizonte 2020, de los que pueden encontrarse ejemplos aquí y aquí. Ambos tratamientos potenciales se basan en la extracción de grandes cantidades de plasma de convaleciente donado por pacientes restablecidos.
Los resultados preliminares son prometedores, dado que se ha demostrado una incidencia muy baja de reacciones adversas y hay indicios de su eficacia. Pronto habrá más resultados de ensayos clínicos completos. Los resultados obtenidos hasta la fecha apuntan a que la transfusión temprana de plasma donado con altas concentraciones de anticuerpos es la que resulta más eficaz para reducir la mortalidad de los pacientes, lo cual significa que debe recogerse el mayor número posible de donaciones de plasma para garantizar que puedan suministrarse a los pacientes aquellas que sean ricas en anticuerpos. Las donaciones que no sean adecuadas para su transfusión como plasma de convaleciente pueden utilizarse para otras indicaciones de transfusión y para la producción de otros medicamentos esenciales.
Actualmente los servicios de transfusión sanguínea públicos y la Cruz Roja extraen principalmente sangre entera donada, de la que después se separa el plasma. Este método de extracción es mucho menos eficaz que la plasmaféresis, un proceso en el que se extrae plasma al donante y se le restituyen los demás componentes. En el caso de la plasmaféresis, los donantes pueden donar mayores niveles de plasma de una sola vez y donar una vez cada dos semanas, a diferencia de las donaciones de sangre entera, que se limitan a una vez cada tres o cuatro meses.
Contexto
El Instrumento de Asistencia Urgente, adoptado por el Consejo en abril de 2020, permite movilizar el presupuesto de la Unión con el fin de proporcionar asistencia urgente para que la Unión en su conjunto pueda hacer frente a las consecuencias humanas y económicas de una crisis como la pandemia actual.
El Instrumento de Asistencia Urgente ofrece a la UE una panoplia de herramientas para prestar apoyo a los Estados miembros en sus esfuerzos por hacer frente a la pandemia de COVID-19, dando respuesta a las necesidades que pueden abordarse mejor de manera estratégica y coordinada a nivel europeo.
Más información
Preguntas y respuestas sobre el Instrumento de Ayuda de Emergencia
Respuesta de la Comisión Europea frente al coronavirus
* Alemania, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Polonia, Portugal y Rumanía.