La Comisión enumera las etapas clave para lograr la eficacia de las estrategias de vacunación y el despliegue de las vacunas.
El desarrollo y el rápido despliegue mundial de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19 siguen siendo un elemento esencial de la posible solución a la crisis de salud pública. En este contexto, la Comisión está trabajando para garantizar el acceso a vacunas seguras en toda Europa y anima a coordinar las estrategias de vacunación para el despliegue de las vacunas. La Comisión ha presentado los elementos clave que los Estados miembros deben tener en cuenta en sus estrategias de vacunación contra la COVID-19 con el fin de preparar a la Unión Europea y a su ciudadanía para cuando se disponga de una vacuna segura y eficaz, así como de establecer los grupos prioritarios en cuanto al orden de vacunación.
Los Estados miembros deben preparar una estrategia común de vacunación para el despliegue de las vacunas. Deberán garantizar, en primer lugar, que los servicios de vacunación tienen capacidad para suministrar vacunas contra la COVID-19, lo que incluye disponer de trabajadores cualificados y de equipos médicos y de protección; en segundo lugar, que las poblaciones destinatarias tienen un acceso fácil y asequible a las vacunas; en tercer lugar, el despliegue de vacunas con diferentes características y diferentes necesidades de almacenamiento y transporte, en particular en lo que se refiere a la cadena de frío, así como a la capacidad de transporte y almacenamiento refrigerados; por último, establecer una comunicación clara sobre las ventajas, los riesgos y la importancia de las vacunas contra la COVID-19, para generar confianza en la población.
Todos los Estados miembros tendrán acceso a las vacunas contra la COVID-19 al mismo tiempo en función del tamaño de su población. El número total de dosis de vacunas se verá limitado durante las fases iniciales de despliegue y antes de que pueda incrementarse la producción. La Comunicación ofrece ejemplos de grupos prioritarios no clasificados que los países deben tener en cuenta una vez que se disponga de vacunas contra la COVID-19. Entre ellos: los trabajadores de los centros de asistencia sanitaria y de cuidados de larga duración; las personas mayores de sesenta años; las personas que por su estado de salud se encuentran en situación de especial riesgo; los trabajadores esenciales; las personas que no pueden distanciarse socialmente y los grupos más desfavorecidos social y económicamente.
La UE debe seguir atenuando la transmisión del virus a la espera de la llegada de vacunas aprobadas contra la COVID-19, y garantizar paralelamente la continuidad de otros servicios y programas esenciales de asistencia sanitaria y salud pública. Para ello es necesario proteger a los grupos vulnerables y garantizar que la ciudadanía respeta las medidas de salud pública. Hasta entonces, y muy probablemente también a lo largo de las fases iniciales de despliegue de la vacunación, los principales instrumentos de salud pública para controlar y gestionar los brotes de COVID-19 seguirán siendo el distanciamiento físico, el cierre de lugares públicos y la adaptación del entorno de trabajo.
Fuente: Newsletter de la Junta de Andalucía en Bruselas