A medida que Europa aprende a vivir con la pandemia, el desarrollo y el rápido despliegue mundial de vacunas seguras y eficaces contra la COVID-19 siguen siendo un elemento esencial de la posible solución a la crisis de salud pública. En este contexto, la Comisión está trabajando para garantizar el acceso a vacunas seguras en toda Europa y anima a coordinar las estrategias de vacunación para el despliegue de las vacunas. La Comisión presenta hoy, de forma previa al debate de los dirigentes de la UE, los elementos clave que los Estados miembros deben tener en cuenta en sus estrategias de vacunación contra la COVID-19 con el fin de preparar a la Unión Europea y a su ciudadanía para cuando se disponga de una vacuna segura y eficaz, así como de establecer los grupos prioritarios en cuanto al orden de vacunación.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado lo siguiente: «Una vacuna segura y eficaz es nuestra mejor baza para derrotar al coronavirus y volver a nuestra vida normal. Hemos trabajado intensamente para llegar a acuerdos con las empresas farmacéuticas y garantizar futuras dosis. Ahora debemos asegurarnos de que, una vez encontrada una vacuna, estamos plenamente preparados para utilizarla. Con nuestra estrategia de vacunación, estamos ayudando a los países de la UE a preparar sus campañas de vacunación: quién debe vacunarse en primer lugar, cómo conseguir una distribución equitativa y cómo proteger a los más vulnerables. Si queremos que nuestra vacunación tenga éxito, preparémonos ahora para ello».
En palabras del vicepresidente para la Promoción de nuestro Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas: «Aunque la evolución de la pandemia ha empeorado hasta llegar a los niveles de marzo, no ha ocurrido lo mismo con nuestro estado de preparación. Lo adoptado hoy supone un hito en la actual respuesta de la UE a la pandemia de COVID-19; el objetivo es garantizar vacunas contra la COVID-19 seguras, asequibles y accesibles para todos en la UE, una vez que estén disponibles. Solo actuando juntos evitaremos la cacofonía y seremos más eficientes que en el pasado».
Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, ha declarado: «Asistimos con gran preocupación al aumento cada vez más rápido de las tasas de infección en toda la UE. Se está agotando el tiempo: la primera prioridad de todo el mundo debe ser hacer lo necesario para evitar las devastadoras consecuencias de los confinamientos generalizados. Y todos debemos prepararnos para los próximos pasos. La vacuna no será una panacea, pero desempeñará un papel fundamental para salvar vidas y contener la pandemia. Cuando se encuentre una vacuna segura y eficiente, tendremos que estar preparados para desplegarla lo antes posible, lo que incluirá reforzar la confianza de la ciudadanía en su seguridad y eficacia. Las vacunaciones, y no las vacunas, son las que salvan vidas».
La Comisión Europea y los Estados miembros, en consonancia con la estrategia de la UE para las vacunas del 17 de junio, están garantizando la producción de vacunas contra la COVID-19 a través de compromisos anticipados de mercado con los productores de vacunas en Europa. Toda vacuna deberá ser autorizada por la Agencia Europea de Medicamentos con arreglo a las normas habituales de seguridad y eficacia. Los Estados miembros deben ahora empezar a preparar una estrategia común de vacunación para el despliegue de las vacunas.
Los Estados miembros deben garantizar, entre otras cosas:
- que los servicios de vacunación tienen capacidad para suministrar vacunas contra la COVID-19, lo que incluye disponer de trabajadores cualificados y de equipos médicos y de protección;
- que las poblaciones destinatarias tienen un acceso fácil y asequible a las vacunas;
- el despliegue de vacunas con diferentes características y diferentes necesidades de almacenamiento y transporte, en particular en lo que se refiere a la cadena de frío, así como a la capacidad de transporte y almacenamiento refrigerados;
- una comunicación clara sobre las ventajas, los riesgos y la importancia de las vacunas contra la COVID-19, para generar confianza en la población.
Todos los Estados miembros tendrán acceso a las vacunas contra la COVID-19 al mismo tiempo en función del tamaño de su población. El número total de dosis de vacunas se verá limitado durante las fases iniciales de despliegue y antes de que pueda incrementarse la producción. Por consiguiente, la Comunicación ofrece ejemplos de grupos prioritarios no clasificados que los países deben tener en cuenta una vez que se disponga de vacunas contra la COVID-19. Entre ellos:
- los trabajadores de los centros de asistencia sanitaria y de cuidados de larga duración;
- las personas mayores de sesenta años;
- las personas que por su estado de salud se encuentran en situación de especial riesgo;
- los trabajadores esenciales;
- las personas que no pueden distanciarse socialmente;
- los grupos más desfavorecidos social y económicamente.
La UE debe seguir atenuando la transmisión del virus a la espera de la llegada de vacunas aprobadas contra la COVID-19, y garantizar paralelamente la continuidad de otros servicios y programas esenciales de asistencia sanitaria y salud pública. Esto puede hacerse protegiendo a los grupos vulnerables y garantizando que la ciudadanía respete las medidas de salud pública. Hasta entonces, y muy probablemente también a lo largo de las fases iniciales de despliegue de la vacunación, los principales instrumentos de salud pública para controlar y gestionar los brotes de COVID-19 seguirán siendo las intervenciones no farmacéuticas, como el distanciamiento físico, el cierre de lugares públicos y la adaptación del entorno de trabajo [1].
Contexto
Al pasar Europa a la siguiente fase de la pandemia de COVID-19, es aún más imperativo que los países sigan estrategias y planteamientos comunes en materia de vacunación. En la reunión extraordinaria del Consejo Europeo del 2 de octubre, los Estados miembros pidieron al Consejo y a la Comisión que intensificaran aún más el esfuerzo global de coordinación y los trabajos para desarrollar y distribuir las vacunas a escala de la UE[2].
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) publicó el 24 de septiembre una actualización de su evaluación de riesgos acerca de la pandemia de COVID-19, junto con una serie de orientaciones para las intervenciones no farmacéuticas (como la higiene de las manos, el distanciamiento físico, la limpieza y la ventilación).
Como subrayó la presidenta Von der Leyen en su discurso sobre el estado de la Unión de 2020, Europa debe seguir gestionando la pandemia de COVID-19 con sumo cuidado, responsabilidad y unidad, y aprovechar las lecciones aprendidas para reforzar la preparación de la UE ante las crisis y su capacidad de gestión de las amenazas transfronterizas para la salud.
La Comisión adoptó el 15 de julio una Comunicación sobre la preparación sanitaria de la UE a corto plazo, en la que pedía a los Estados miembros que tuvieran preparadas medidas de prevención, preparación y respuesta para responder a futuros brotes de COVID-19. La Comunicación formuló con ese objetivo una serie de recomendaciones, por ejemplo en los ámbitos relacionados con las pruebas, el rastreo de contactos y las capacidades de los sistemas sanitarios. La aplicación efectiva de estas medidas requiere coordinación y un intercambio eficaz de la información entre los Estados miembros. Las recomendaciones formuladas en la estrategia siguen siendo pertinentes y se anima a los Estados miembros a que las sigan.
Una de las principales actuaciones necesarias para que Europa supere la pandemia por coronavirus es acelerar el desarrollo, la fabricación y el despliegue de vacunas contra la COVID-19. La estrategia para las vacunas de la UE, publicada en junio, traza el camino a seguir.
La seguridad, la calidad y la eficacia de las vacunas son las piedras angulares de cualquier proceso de desarrollo y autorización de vacunas, y sus desarrolladores han de presentar una amplia documentación y datos a la Agencia Europea de Medicamentos a través del procedimiento de autorización de comercialización de la UE. Tras la autorización, el Derecho de la UE exige que se controle la seguridad de la vacuna, así como su eficacia. Una vez implantadas en la población, se habrá de realizar un recopilatorio adicional de pruebas de forma centralizada para evaluar el impacto y la eficacia de las vacunas contra la COVID-19 desde el punto de vista de la salud pública. Esto será fundamental para superar la pandemia e infundir confianza a la ciudadanía europea.
Fuentes: Equipo de prensa de la Comisión Europea en España