La Comisión ha publicado el séptimo informe de cohesión, en el que se toma el pulso a las regiones de la UE, se extraen enseñanzas del gasto de cohesión realizado durante los años de crisis y se sientan las bases de la política de cohesión posterior a 2020.
El informe de cohesión, en el que se analiza la situación actual de la cohesión económica, social y territorial de la UE, hace una radiografía de la Unión: la economía europea se está recuperando, pero sigue habiendo diferencias entre los Estados miembros y dentro de éstos.
La inversión pública en la UE aún no ha recuperado los niveles previos a la crisis, pero las regiones y los Estados miembros necesitan aún más ayuda para afrontar los retos señalados en el documento de reflexión sobre el futuro de las finanzas de la UE: la revolución digital, la globalización, el cambio demográfico y la cohesión social, la convergencia económica y el cambio climático.
El informe no anticipa la propuesta definitiva de la Comisión, pero sí alimenta el debate sobre la política de cohesión posterior a 2020. En él se propone una política a escala de la UE articulada en torno a objetivos principales: aprovechar la globalización, no dejar a nadie rezagado y apoyar las reformas estructurales.
Además, el informe destaca que el actual nivel de inversión es insuficiente para alcanzar los objetivos de 2030 en cuanto a proporción de energías renovables y reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, será necesaria más inversión para luchar contra el desempleo, ayudar a las personas a desarrollar sus capacidades y a crear empresas y, paralelamente, combatir la exclusión y la discriminación. De esa inversión dependerá la cohesión social de la Unión en un futuro próximo.
En las dos últimas décadas, todas las regiones de la UE se han beneficiado de la política de cohesión, que ha sido una importante fuente de inversiones. Esta política permitió la creación directa de 1,2 millones de puestos de trabajo en la UE en los diez últimos años, a pesar del desplome de las inversiones públicas generadoras de crecimiento en muchos Estados miembros.
La mejora de la administración pública potencia la competitividad y el crecimiento y optimiza el impacto de las inversiones. Al igual que en el documento de reflexión, en el informe de cohesión se reconoce que quizás sea necesario reforzar la relación entre la política de cohesión y la gobernanza económica de la UE para fomentar reformas que generen un entorno favorable al crecimiento.
A principios de 2018 se pondrá en marcha una consulta pública sobre el futuro de la política de cohesión. En mayo de 2018, se presentarán la propuesta de marco financiero plurianual (MFP) de la Comisión y, a continuación, las propuestas de política de cohesión posterior a 2020.