El grupo de expertos independientes en política de cohesión ha presentado su informe final sobre un marco simplificado para los fondos de la UE a partir de 2020.
Aunque los resultados de la política de cohesión de la Unión son indudablemente positivos, la gran cantidad de normas existente en la actualidad no siempre se lo pone fácil a las autoridades locales que gestionan los fondos de la Unión ni a las empresas que tratan de obtener financiación de la UE. La simplificación es, pues, clave, y la Comisión Europea debe estudiar cómo seguir simplificando el acceso a los fondos de la UE en el marco presupuestario posterior a 2020.
Este es el mensaje principal que el Grupo de Alto Nivel sobre Simplificación intenta aportar al debate sobre el futuro de las finanzas de la UE que la Comisión abrió el 28 de junio con un documento de reflexión específico, el último de una serie de cinco documentos de reflexión emitidos después de la publicación, el 1 de marzo, del Libro Blanco sobre el futuro de Europa de la Comisión.
El comisario Günther H. Oettinger, responsable de Presupuesto y Recursos Humanos, ha declarado:«Los ciudadanos esperan que la UE haga más cosas, pero el presupuesto de la Unión está disminuyendo. Para solucionar este dilema, debemos aprovechar al máximo cada euro que gastamos. Y reglas más sencillas contribuyen a mejorar el gasto».
La comisaria de Política Regional, Corina Crețu, ha dicho: «Con menos normas y más sencillas se cometen menos errores y se logran mejores resultados. Centrémonos en lo que importa: mejorar la vida de los ciudadanos en toda Europa».
Marianne Thyssen, comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, ha afirmado: «Hacer uso de la simplificación en todo su potencial ahorrará un dinero y un tiempo que podrán utilizarse para impulsar la convergencia social a lo largo y ancho de Europa».
El presidente del Grupo de Alto Nivel, Siim Kallas, ha declarado: «Simplificar el acceso a los fondos de cohesión y su utilización contribuirá, sin duda, a acercar la UE a los ciudadanos».
Según el Grupo, la arquitectura actual de las normas es efectiva, pero necesita una buena limpieza. Debería mantenerse la gobernanza compartida de la gestión, para garantizar la confianza mutua y el compromiso con objetivos comunes de crecimiento y empleo. Pero las normas son más sencillas cuanto menos numerosas, por lo que el Grupo señala normas que pueden eliminarse o reducirse radicalmente.
Deberían armonizarse las normas de diferentes fondos e instrumentos de la Unión en lo que respecta a las ayudas estatales, la contratación pública y los métodos para reembolsar gastos, con el fin de facilitar las sinergias y permitir a los beneficiarios recurrir a diferentes fuentes de financiación de la UE para el mismo proyecto. Por ejemplo, la aplicación de las mismas normas en la política de cohesión y en el marco del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE) permitiría que las pequeñas empresas accedieran más fácilmente a las ayudas.
Los Estados miembros y las regiones deberían tener a su disposición un marco aún más sencillo, siempre que cumplieran una serie de criterios: sistemas de gestión y control fiables; importante cofinanciación nacional para incentivar un gasto responsable; y detección de las reformas estructurales clave que permitan poner en marcha unos pocos ámbitos prioritarios y centrarse en ellos para poder garantizar los resultados.
El Grupo sugiere que las normas de la UE deberían limitarse así a prioridades de inversión estratégica y a principios relativos al gasto. Los fondos de la Unión se distribuirían a través de los mecanismos administrativos nacionales existentes, y la labor de auditoría de la Comisión se vería reducida. Los Estados miembros y la Comisión acordarían las reformas estructurales que deben realizarse y los resultados concretos que ponen en marcha los reembolsos.
Ya ha quedado demostrado que con la simplificación se consiguen buenos resultados: el comisario Oettinger ha presentado hoy tres informes sobre la ejecución del presupuesto de la UE para 2016. Una de las lecciones que se extrae de ellos es que la simplificación de las normas de la UE facilita a las autoridades locales, los agricultores y las empresas la utilización de los fondos de la UE de manera eficaz y correcta. En este mismo sentido, en septiembre de 2016 la Comisión propuso simplificar las normas con arreglo a las cuales los Estados miembros y otros beneficiarios reciben dinero de la UE.
Antecedentes
La Comisión puso en marcha en 2015 un Grupo de Alto Nivel al que asignó la tarea de detectar dónde se podía despojar a la política de cohesión de complejidades innecesarias, con vistas tanto a la revisión intermedia del Marco Financiero Plurianual (MFP) 2014-2020, a la que el Grupo ha contribuidoconsiderablemente, como a la reflexión sobre el marco presupuestario posterior a 2020.
El presidente del Grupo de Alto Nivel, Siim Kallas, es un antiguo comisario europeo y vicepresidente responsable de Asuntos Administrativos, Auditoría y Lucha contra el Fraude y de Transportes. Sumados a este conocimiento de primera mano de los fondos de la UE, sus mandatos como primer ministro y ministro de finanzas de Estonia le han otorgado una perspectiva única para conocer cómo puede combinarse mejor la ayuda financiera de la UE con reformas sobre el terreno para propiciar el crecimiento económico.
Los doce miembros del Grupo de Alto Nivel representan a las autoridades nacionales y regionales y al sector privado. Todos ellos poseen experiencia personal relacionada con los fondos de la UE, así como nuevas ideas para reformar el sistema.
Más información
Ficha informativa: Recomendaciones clave del Grupo de Alto Nivel sobre Simplificación para el marco posterior a 2020
Informe: Propuesta del Grupo de Alto Nivel a los responsables políticos para después de 2020
Documento de reflexión sobre el futuro de las finanzas de la UE
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