La Comisión Europea recoge en su reciente informe anual sobre mercado de trabajo y evolución salarial el importante aumento en la creación de empleo dentro de la Unión Europea y la zona euro.
De acuerdo con los resultados del informe anual de la Comisión sobre el mercado de trabajo y la evolución salarial, la creación de empleo en 2015 y principios de 2016 siguió siendo más fuerte de lo que cabría esperar sobre la base de un crecimiento económico. Este resultado podría estar relacionado con factores como una mayor creación de empleo en el sector servicios, la evolución de los costes laborales de apoyo o la materialización de los efectos de las reformas estructurales aplicadas desde el inicio de la crisis.
Se observa en líneas generales una mejora gradual de las condiciones económicas y de mercado de trabajo que se inició en la segunda mitad de 2013 y continuó durante todo el año 2015 y el comienzo de 2016, tanto en la UE como en la zona euro. En agosto de 2016, la tasa de desempleo alcanzó el 8,6% en la UE, alrededor de 2,5 puntos porcentuales por debajo del máximo alcanzado en 2013, pero todavía casi 2 puntos porcentuales por encima de su nivel anterior a la crisis. Si bien las perspectivas para encontrar empleo han mejorado gradualmente, alrededor de la mitad de los parados en la UE y en la zona euro han estado buscando un trabajo durante 12 meses o más.
Los datos relativos a España reflejan un aumento en la tasa de empleo y en el número de personas empleadas, si bien se observa también un aumento del empleo temporal. Tanto la tasa de desempleo como el desempleo de larga duración han bajado en el último año. En cuanto a los datos sectoriales, los mayores crecimientos se han detectado en el ámbito de la construcción, en el que ha habido un aumento de 10,2 puntos porcentuales.
El informe también lleva a cabo un análisis de los desarrollos políticos en este ámbito y llega a la conclusión de que el aumento de la acción política en los Estados miembros a partir de 2008 se puede dividir en tres fases:
– En una primera fase, la respuesta política consistió en gran parte de las medidas de estímulo destinadas a amortiguar el impacto a corto plazo de la crisis sobre el empleo y los ingresos.
– A partir de 2010, cuando las crisis de deuda soberana estaban en erupción dentro de la zona euro, la atención se centró en la mejora de la capacidad de ajuste de los mercados laborales, especialmente en los países con mayores necesidades de ajuste.
– Desde 2013 se ha prestado una atención cada vez mayor a la revisión de la fiscalidad del trabajo, las políticas sociales y la configuración general del mercado de trabajo de tal manera que se establecieran las condiciones necesarias para el buen funcionamiento de los mercados de trabajo, la mejora de la protección y la redistribución justa de los beneficios del crecimiento.
Por último, el informe cuenta con un capítulo analítico sobre los salarios mínimos en el que se centra en las implicaciones macroeconómicas de los salarios mínimos legales vigentes en la Unión Europea. El salario mínimo es una herramienta para mejorar la distribución del ingreso y reducir la desigualdad salarial. Al mismo tiempo, y sobre todo si se establece demasiado alto, puede implicar riesgos para el empleo de los grupos de bajos ingresos, como los adultos jóvenes y los trabajadores poco cualificados. En el documento se examinan los mecanismos de fijación de este tipo de salarios en los diferentes Estados miembros y se advierte de que, desde el punto de vista institucional, hay que equilibrar la necesidad de previsibilidad de posibles cambios en el salario mínimo con la flexibilidad para responder a las crisis económicas.
La elaboración de este informe se enmarca dentro del objetivo de abordar el desempleo juvenil, el desempleo de larga duración y las cambiantes necesidades de cualificación que se encuentran entre las principales prioridades de la agenda de los empleos y el crecimiento de la Comisión Juncker. A este respecto se comprueba que el fortalecimiento de la economía no será suficiente para que todos los parados de larga duración puedan volver al trabajo sino que se requieren también políticas tanto en el lado de la demanda, para fomentar la creación de empleo, como en el lado de la oferta, apoyando especialmente a aquellas personas con largos períodos sin trabajo para que actualicen su formación y puedan comenzar con la búsqueda de empleo.
