Bruselas, 18 de agosto de 2023
Cada vez son más las personas que, en todo el planeta, se ven más gravemente afectadas por crisis humanitarias a causa de conflictos nuevos y ya existentes, y de las consecuencias de la crisis climática y ecológica. Si las personas necesitadas de ayuda humanitaria formaran un país, este sería el tercero mayor del mundo. Además, este no país sufriente está creciendo a un ritmo exponencial, con un aumento del 30 % desde principios de 2022. Ahora más que nunca, las personas afectadas por las crisis necesitan ayuda humanitaria.
Por ello rendimos homenaje, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, a los trabajadores de primera línea que arriesgan sus vidas para salvar a otros y paliar el sufrimiento humano, y honramos la memoria de quienes han perecido al servicio de los demás.
Este verano se cumplen veinte años desde el devastador atentado con bomba contra el cuartel general de las Naciones Unidas en Bagdad, a consecuencia del cual murieron 22 personas, en su mayoría trabajadores humanitarios. Lamentablemente, los riesgos no han hecho sino empeorar desde entonces. Los trabajadores humanitarios de todo el mundo están ahora amenazados como nunca antes. Hasta la fecha este año, los atentados contra trabajadores humanitarios han provocado trágicamente la muerte de 62 de ellos y heridas a otros 82, además de 33 secuestros. Estos actos son inaceptables y no deben tolerarse.
La protección de los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios y el personal médico, es una obligación en virtud del Derecho internacional humanitario que debe respetarse, también en lo que respecta a garantizar el acceso sin trabas a la asistencia humanitaria.
La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha provocado una crisis mundial de seguridad energética y alimentaria y, en consecuencia, un empeoramiento de la situación humanitaria en todo el mundo. También hemos asistido al estallido de nuevos conflictos, como los devastadores combates en Sudán y los golpes militares en el Sahel, que están deteriorando la situación general sobre el terreno. Empeora aún más las cosas la decisión de Rusia de poner fin a la Iniciativa sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro, seguida de un aumento de los ataques contra los puertos ucranianos del mar Negro y del Danubio, que perturba el suministro de cereales en todo el mundo, sumirá a innumerables comunidades en una inseguridad alimentaria más grave, por ejemplo, en Afganistán, Yibuti, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán o Yemen.
Ante estas continuas amenazas, seguimos esforzándonos por colmar la brecha creciente entre las necesidades y la financiación disponible. La UE es uno de los principales donantes humanitarios del mundo e invita a la comunidad internacional de donantes a que intensifique sus compromisos.
Juntos podemos ayudar a las personas atrapadas en crisis humanitarias. Juntos también podemos proteger a los trabajadores humanitarios sobre el terreno que aportan asistencia y esperanza a las personas que las necesitan desesperadamente.