Presidente Sánchez, querido Pedro,
Presidente Faus,
Distinguidos miembros del Jurado, gracias por este prestigioso premio. Doctora Tocci, querida Nathalie, gracias por sus amables palabras. Es un verdadero honor de tener este premio y seguir estos pasos de mi buen amigo Mario Draghi. El Cercle d’Economia se creó durante los días oscuros de la dictadura de Franco, como un lugar para debatir e imaginar el futuro. Y desde entonces, durante más de seis décadas, se ha mantenido en el lado correcto de la historia. Ha defendido la democracia y una economía abierta. El Cercle siempre ha trabajado para llevar a España a donde pertenece: al centro de una Europa fuerte y unida. Y hoy, España está realmente en el corazón de Europa. Su país ha sido uno de los más golpeados por la pandemia. Y, sin embargo, su recuperación tiene en la actualidad unas bases sólidas. Su país es un líder mundial en energía limpia. Tiene una economía dinámica e innovadora. Y siempre ha sido un ardiente defensor de todos los pasos más recientes en favor de la integración europea. España es hoy un motor de nuestra Unión. Y este es un momento decisivo para Europa y para nuestro futuro. Me complace que hayan decidido centrar su reunión anual en «El momento de Europa». Recuerdo que utilicé esta expresión por primera vez hace dos años, en mayo de 2020, cuando anuncié la creación de NextGenerationEU. Nos encontrábamos en medio de la primera ola de la pandemia. En nuestra Unión, en el peor momento de esa dramática primavera, casi mil personas morían a diario a causa de la COVID-19. La magnitud de esa crisis era tal que solo como Unión podíamos proporcionar las respuestas que nuestros ciudadanos necesitaban. De hecho, fue el momento de Europa para intervenir. Y fue un momento crucial para la Unión Europea.
Ahora, un avance rápido hasta el presente, mayo de 2022. La COVID-19 no ha desaparecido, mantenemos la guardia alta, pero la pandemia resuena como un eco lejano. Sin embargo, una vez más, miles de personas inocentes están muriendo justo aquí, en Europa, debido a la agresión del Kremlin contra un país pacífico. Y no es solo el futuro de Ucrania lo que está en juego. Se está intentando derribar la arquitectura de seguridad de Europa. Y esto supone un cambio tectónico mundial. Las grandes potencias mundiales se están realineando. La guerra por la que ha optado Putin es un ataque contra todo aquello en lo que creemos. Contra la idea de que el futuro de un país debe ser decidido democráticamente por su propio pueblo y no por un autócrata extranjero. Y con el fin de imponer sus esferas de influencia, el Kremlin no solo está devastando Ucrania. También está tratando de aplicar la vieja táctica de «divide y vencerás». Solo hay una manera de ayudar a nuestros amigos ucranianos a ganar esta guerra y ser los dueños de nuestro propio futuro. Y es elegir mantenernos unidos. Incluso más que hace dos años, este es el momento de Europa. Hoy puedo decirles con certeza, que Europa está aprovechando su momento. Estamos aprovechando el verdadero poder de nuestra Unión. Lo hicimos, en primer lugar, con nuestra estrategia en materia de vacunas. En segundo lugar, llegó NextGenerationEU. Y ahora, nuestras sanciones sin precedentes a Rusia y nuestra determinación para dejar de depender de los combustibles fósiles rusos. Usted, doctora Tocci, ha dicho que Europa había redescubierto su ADN. Eso es totalmente cierto. Pero también hemos abierto nuevos caminos. Hemos sobrepasado nuestros límites y redefinido los límites de lo posible, paso a paso. Fíjense en el caso de las vacunas. Una historia de éxito europea. No es una coincidencia que la primera vacuna segura y eficaz contra la COVID‑19 se desarrollara en Europa. Porque la ciencia prospera en democracia y en una economía social de mercado como la nuestra. Esa es la historia de la tecnología de ARN mensajero. Todo comenzó con unos investigadores que tuvieron una idea audaz e innovadora. Gracias a su espíritu pionero, y a nuestra libertad de investigación. Luego vino el apoyo público europeo a este tipo de investigación, y, por último, el poder del mercado y de la inversión privada. Gracias a esta mezcla única, el mundo puede confiar hoy en las vacunas de ARN mensajero.
Y, sin embargo, hace solo dos años, ninguno de nosotros sabía si la ciencia tendría éxito en el desarrollo de una vacuna eficaz. Fue entonces cuando propusimos por primera vez que nuestra Unión interviniese. Imaginen lo que hubiera pasado si solo unos pocos Estados miembros hubieran obtenido las vacunas, mientras otros no hubieran podido acceder a ellas. Este hecho habría debilitado seriamente nuestra lucha contra el virus, y habría hecho pedazos nuestra Unión. En vez de eso, agrupamos nuestros recursos para ampliar la producción, y nos aseguramos de que todos los Estados miembros tuvieran el mismo acceso a las vacunas que salvaban vidas. Hasta la fecha, tres cuartas partes de la población de la Unión ha recibido al menos dos dosis. La mitad de nosotros también ha recibido dosis de refuerzo.
Pero otro hecho es asimismo muy importante: logramos todo esto permaneciendo abiertos al mundo. Por cada dosis de vacuna distribuida dentro de nuestra Unión, se envió una dosis al extranjero. Optamos por la solidaridad no solo con los demás europeos, sino también con el resto del mundo. Esto es único. Esto es Europa. Y conservamos este logro en nuestra memoria colectiva.
El segundo momento en el que me gustaría centrarme es el nacimiento de nuestro plan de recuperación, NextGenerationEU. Pedro, estoy segura de que recuerdas muy bien esos meses. Fueron necesarios unos cuantos Consejos Europeos largos. Pero superamos décadas de debates ideológicos sobre si nuestra Unión debería recaudar fondos en nombre de sus Estados miembros. Permíteme darte las gracias una vez más, Pedro, por creer en NextGenerationEU desde el primer momento. A día de hoy, ya hemos entregado a nuestros Estados miembros aproximadamente 100 000 millones de euros en inversiones en el marco de NextGenerationEU. Se trata de un plan sin precedentes, con inversiones y reformas, que puede remodelar nuestra economía durante décadas. Un plan para hacer realidad el Pacto Verde Europeo, y acelerar nuestra digitalización. Con 800 000 millones de euros de inversiones, NextGenerationEU hará que Europa y España sean más fuertes y estén mejor preparadas para afrontar los desafíos de nuestro tiempo.
Y España siempre ha sido una pionera de NextGenerationEU. Fue el primer país en recibir financiación, y ahora es el primer país en solicitar el segundo tramo de fondos. NextGenerationEU ya está marcando la diferencia aquí en Cataluña. Por ejemplo, NextGenerationEU apoyará a las empresas innovadoras que utilizan la tecnología de cadena de bloques (blockchain) para certificar el origen del vino y prevenir el fraude. Además, invertirá en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, un centro de excelencia europeo y mundial, que lleva a cabo investigaciones de vanguardia que abarcan desde la atención médica hasta la ciencia del clima. NextGenerationEU también contribuirá a convertir Cataluña en uno de los nuevos valles de hidrógeno de Europa. Esta región constituye el escenario perfecto para ello. Ustedes producen mucha energía, a partir del viento, el agua y la energía nuclear. Y ahora están creando un ecosistema de hidrógeno completo. Están invirtiendo en la producción de hidrógeno limpio, en nuevas flotas de autobuses de hidrógeno para Barcelona y Tarragona, pero también en capacidades y educación, con un nuevo master interuniversitario en Tecnologías del hidrógeno. Esto es fantástico. Y no hay mejor ejemplo del tipo de cambio que queríamos provocar cuando lanzamos NextGenerationEU.
Este cambio simplemente se ha vuelto más urgente tras la agresión rusa de Ucrania. Este es mi tercer y último punto. España ha construido a lo largo de los años un sistema energético resiliente, basado en energías renovables propias y una red diversificada de proveedores de energía. Ustedes disponen de la mayor capacidad de regasificación en Europa, y ya se han convertido en el principal centro de gas natural licuado procedente de África y las Américas. Ahora toda Europa coincide en que debemos reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos, con carácter urgente. Es crucial para nuestros objetivos climáticos y para poner fin al chantaje del Kremlin. El mes pasado presentamos un nuevo plan denominado RePowerEU, para sustituir 150 000 millones de metros cúbicos de gas ruso. Esa es la cantidad de gas que importamos el año pasado de Rusia. He llegado a un acuerdo con el presidente Biden para el suministro adicional de 50 000 millones de metros cúbicos de gas natural licuado a partir del próximo año. Esta cantidad reemplazará a un tercio del gas ruso. Estamos redoblando nuestros objetivos en materia de hidrógeno, lo que podría reemplazar a otro tercio. Y vamos a privilegiar los proyectos transfronterizos, por ejemplo, la conexión crucial entre Portugal, España y Francia. Porque juntos, podemos liberarnos de las amenazas rusas. Y como Unión, estamos socavando la capacidad de Rusia para financiar esta guerra. Este es el objetivo de nuestros seis paquetes de sanciones. Estamos paralizando la capacidad del Banco Central de Rusia para recaudar capital y financiar la guerra. Estamos excluyendo del sistema SWIFT a los bancos rusos. Estamos prohibiendo las importaciones de combustibles fósiles rusos: empezamos con el carbón, y a principios de esta semana hemos propuesto una eliminación gradual de todas las importaciones de petróleo ruso. Hemos prohibido todas las exportaciones de tecnologías modernas a Rusia. Más de 700 empresas internacionales han abandonado Rusia. El Banco Mundial prevé para este año una caída del 11 % del PIB ruso. Putin ha movilizado a sus fuerzas armadas para borrar a Ucrania del mapa. Nosotros hemos movilizado nuestro poder económico único para defender a Ucrania. Este es también un nuevo capítulo en la historia de nuestra Unión: una nueva forma de utilizar el poder económico para contrarrestar una agresión militar y defender nuestros valores europeos más preciados.
Esto es lo que se esconde detrás del lenguaje frío de las sanciones y de los escuetos números de importaciones de energía. Todo lo que hemos estado haciendo en estas semanas es por el pueblo de Ucrania. Pero también por su democracia y su libertad para escribir el futuro de su propio país. Y en última instancia, también es por nuestra democracia. Nuestra libertad para seguir el estado de derecho y rechazar el derecho de la fuerza. Nuestro deseo de vivir en paz, en un continente por fin unido. Cuando el pueblo de Ucrania mira a nuestra Unión esto es lo que ve: democracia, paz, Estado de Derecho, libertad individual y económica. Esto es lo que Europa representa hoy.
Mientras preparaba mi viaje a Barcelona, recordé la historia del violonchelista catalán Pau Casals. Fue uno de los mejores músicos de su tiempo. Disfrutó de fama mundial. Pero cuando España cayó bajo el dominio autoritario, Casals eligió el exilio. Decidió que no tocaría música en su país de origen, ni en los países que reconocieran el régimen franquista, hasta que la democracia regresara a España. Pau Casals se mantuvo firme durante toda su vida. Una vez lo explicó, y cito: «No soy un político. La política no pertenece a un artista. Pero en mi opinión, un artista tiene la obligación de tomar partido, si está en juego la dignidad humana.» El legado de Pau Casals sigue vivo. Hoy Europa toma partido. Por la dignidad humana y la democracia, para todos.
Muchas gracias por haberme otorgado este premio a la Construcción Europea.