Según las últimas cifras disponibles, del año 2014, casi 206 millones de europeos disponen ya de la Tarjeta Europea Sanitaria, una cifra que supone alrededor de un 40% del total de la población asegurada. Asimismo, el número de tarjetas sanitarias sigue aumentando, en la actualidad hay seis millones más que en 2013, y un 10% más que en el año 2009.
La Tarjeta Europea Sanitaria (TSE), que está disponible gratuitamente, confirma que una persona tiene derecho a recibir atención médica en su estancia temporal en el extranjero por parte del sistema sanitario público del país, en las mismas condiciones y con los mismos costes que cualquier nacional del país que se esté visitando. Sin embargo, no puede usarse para pagar un tratamiento médico planificado previamente en otro país.
Los hospitales que proveen servicio sanitario público están obligados a reconocerla. Así, en la gran mayoría de los casos, los pacientes que muestran la Tarjeta reciben la atención sanitaria necesaria y el reembolso del coste de la atención sin ningún problema. En caso de que la TSE no sea aceptada, los pacientes deben ponerse en contacto con la autoridad sanitaria correspondiente del país que visitan. De igual forma, lo contactos de emergencia son fácilmente accesibles a través de la aplicación TSE para smartphones y tablets.
Por otra parte, los ciudadanos deben saber que la tarjeta no tiene coste alguno, por lo que no es necesario pagar gastos a los intermediarios que ofrecen ayuda para su solicitud. En caso de que el ciudadano se encuentre con esta situación, debe comunicarlo a las autoridades sanitarias nacionales. La Comisión Europea continúa con el proceso de concienciación de la importancia de la TSE, y anima a todos los Estados miembros a que hagan lo mismo.
